Educación
PATRIMONIAL
Todos los proyectos se han diseñado teniendo las líneas fijadas por el Instituto de Patrimonio Español respecto a la educación patrimonial.
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Educación con el Patrimonio implica el uso de los bienes culturales -muebles, inmuebles e inmateriales- como recursos didácticos. Se utiliza de este modo parcialmente el potencial del PC como transmisor no solo de conocimientos sino también de dinámicas procedimentales y actitudes relacionadas con su conservación y disfrute.
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La expresión Educación y Patrimonio, articuladora de este Plan Nacional, engloba, por todo lo referido, un amplio espectro de formas de relación entre ambos términos -con, del, para, desde y hacia- asumiendo íntegramente y de forma simbiótica el espíritu del concepto de educación patrimonial.
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Es importante proporcionar los instrumentos para que los tres ámbitos educativos (formal, no formal e informal) puedan realizar programaciones e implementaciones conjuntamente, que al mismo tiempo tengan en cuenta la realidad de los medios de comunicación y la propia familia como contextos donde el Patrimonio se crea, se protege, se transmite, se pone en valor, etc. Este proyecto necesita de los tres ámbitos para poder llevarse a cabo. El no formal desde nuestra posición de educadoras patrimoniales, la educación formal en el momento en que las acciones se llevan a cabo con los centros educativos, e informal en el momento en que utilizamos herramientas de animación y técnicas plásticas para comunicar aprendizajes.
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Un instrumento de gestión integral en materia de educación patrimonial que permita el reconocimiento de la pluralidad y diversidad (....) nuevos modos más relacionales, intergeneracionales, multiculturales y plurales. Con nuestro proyectos pretendemos trabajar la educación intercultural desde el punto de vista que nuestra cultura es el resultado de múltiples realidades diferentes a lo largo de la historia.
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Objetivos del Plan de Educación y Patrimonio es el establecimiento de un conjunto de criterios que permitan el desarrollo de proyectos educativos que respondan a las necesidades y expectativas del público al que van dirigidos, así como a los planteamientos teórico- metodológicos de los gestores culturales y educadores. Nuestros proyectos están hecho a la carta teniendo en cuenta las necesidades, contextos y realidades de cada grupo, teniendo en cuenta la diversidad y las diferentes grupos.
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Investigación cada vez más especializada. De este modo se ha ido conformando un cuerpo teórico, un potente despliegue metodológico a través de la didáctica del Patrimonio y un alto grado de especialización y diversificación en los enfoques, modelos, diseños e implementaciones. Nuestra formación en historia del arte y educación nos permite trabajar de forma global la educación patrimonial con una base teórica en ambas disciplinas muy amplia creando proyectos de innovación educativa.
Todos los proyectos se adaptan a la:
Interdisciplinariedad
El Patrimonio Cultural es una realidad multidisciplinar por lo que, todo lo relativo a su difusión y conocimiento, necesariamente también debe serlo.
Flexibilidad
La capacidad de adaptación al contexto de aprendizaje, a las condiciones de las personas que serán objeto de actuaciones educativas en relación con el Patrimonio, así como a los ámbitos educativos de trabajo, requieren la capacidad de flexibilizar las estrategias didácticas para que se generen procesos de conocimiento, puesta en valor y sensibilización hacia el Patrimonio como transmisor de valores.
Diversidad
El Patrimonio es variado en su naturaleza (material e inmaterial) y en sus cualidades (arqueológico, histórico, documental, artístico...), pero los valores democráticos que se proyectan sobre él también lo son (identitarios, sociales, políticos, históricos, económicos, emotivos, etc.) En esta ecuación falta un tercer componente, el humano, que comprende la diversidad del Patrimonio y sus valores, pero que además protagoniza toda actuación sobre el Patrimonio: conservación, protección, difusión, puesta en valor, etc. Por tanto, la esencia de la diversidad del Patrimonio reside en la propia diversidad del ser humano.
Participación e implicación social
La actuación de la sociedad en relación con el Patrimonio no es la fase final de un proceso educativo, sino el origen del mismo. El Patrimonio no se difunde simplemente para que las personas lo conozcan; el fin de la educación patrimonial es que los ciudadanos sientan suyo ese Patrimonio, que lleguen a asumir que su identidad, en los diferentes niveles en que se configura, deriva de referentes patrimoniales que explican qué somos, cómo somos, por qué hemos llegado a ser así y cómo nos relacionamos con los demás. Separar el Patrimonio de las personas es disociar un binomio inseparable: el Patrimonio lo es porque existen personas que lo han generado, lo han cuidado, lo han transmitido y lo han puesto en valor.
Sensibilización
La sensibilización es clave cuando hablamos de Patrimonio porque supone un punto de inflexión entre aquellas personas que no reconocen su valor, por lo que no verán motivos para cuidarlo o transmitirlo, frente a aquellas otras que, conscientes de ello, tienden a cuidarlo, a disfrutar de él y a tomar decisiones en favor de su difusión y legado. Pero el proceso de sensibilización requiere atención educativa.